Es Peligroso
Yo sabía que es peligroso. Lo pensaba
cuando invadía sin pudor una embajada, cerraba medios de comunicación y
exiliaba periodistas. Se me helaba la sangre cuando llamaba “héroes nacionales”
a un grupo de niños devorados por la violencia estatal. Y finalmente, esto: un
presidente Constitucional, es decir que preside por la Constitución y al mismo
tiempo desprecia la ley, la prostituye y la usa como una herramienta política
¿Se puede caer tan bajo…? ¿Qué pasará cuando de verdad ostente el poder?
¿Tendrá límites la prepotencia y la ambición?
Lo que vivimos es un ultraje a la
democracia disfrazado de legalidad, desde el antojadizo análisis de una
sentencia de la Corte Constitucional para lograr el despropósito de gobernar durante
la campaña sin pedir licencia. Una sentencia que, en realidad, habla del
cómputo de los periodos ¡del cómputo! Entiéndanlo de una vez: no habla de la
licencia. El qué si habla, en cambio, es el Código de la Democracia que determina,
con absoluta claridad, que los candidatos tienen que tomar licencia para reelegirse.
Noboa no subrogó a Lasso. Hubo
una elección, el pueblo sufragó y lo eligió, y ahora quiere que lo vuelvan a
elegir. ¡Eso es una reelección!... ¿de verdad es tan difícil de entender?
Ahora, otra cosa es que el presidente crea que su voluntad basta para hacer del
proceso electoral lo que al él le conviene, pasando por sobre todas las leyes
habidas y por haber, por sobre la ética y aún por sobre el más elemental
sentido común. Allí quedará para la historia la frase infame y dicha sin
sonrojarse siquiera: “Ahora estoy frente a ustedes como presidente, y muy
pronto estaré como candidato…” y así lo hizo.
¡Una vergüenza! Como es una
vergüenza la posición servil de un Concejo Nacional Electoral que no asume la
defensa del Código de la Democracia, y la espantadiza posición de una Corte
Constitucional que se lava las manos al decir que no tiene el monopolio de
defensa del orden constitucional. Sí, ¡una Corte Constitucional que no defiende
la Constitución! Y no, la democracia no
es una broma ni la Constitución una baratija.
Yo sabía que es peligroso. Sí,
muy peligroso…
Andrés
F. Ugalde Vázquez
@andresugaldev

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