Por otro siglo defendiendo el privilegio de ser cuencano, defendiendo el honor y la verdad como una trinchera, la palabra libre y el pensamiento libre contra los chacales de turno y pequeños tiranos...
¡Gracias por
tanto!
Cien años… ¡Caramba! Es mucho
tiempo. Cien años como cien etapas, como cien provincias de una memoria
colectiva; cien años de ser un ejemplo de la cuencanía, abanderando el nombre
de nuestra ciudad; cien años siendo el pregonero de la verdad, sin poner precio
a la noticia ni cadenas a la opinión; cien años defendiendo a Cuenca de la
vieja infamia del centralismo, de los ingenuos que no la conocen y los canallas
que no la merecen; cien años defendiendo la libertad de expresión como el
último bastión de la democracia; defendiendo la pluma y la retórica, la palabra
escrita, el verbo del articulista que levanta la voz, y se muestra de cuerpo
entero, aún a riesgo…. Aún a riesgo…
Y es por eso que hoy empiezo el
día como lo hacían los abuelos, abro tus páginas y te siento como un viejo
amigo, te encuentro renovado, en esta nueva vida donde te reinventaste desde la
pantalla de un computador. Y pienso que si pudiera elegir mi paisaje me
quedaría con el muchacho leyendo el diario a las puertas de la universidad, me
quedaría con esa portada en blanco impresa como un acto de resistencia ante la
libertad de expresión aherrojada. Me quedaría con las portadas y los
editoriales levantados contra los espías de la infamia que quieren envenenar la
soledad del páramo.
Y vamos adelante, mirando
orgullosos al futuro, por otros cien años, de llamarle pan al pan y vino al
vino, de tener voz propia. Por otro siglo defendiendo el privilegio de ser
cuencano, defendiendo el honor y la verdad como una trinchera, la palabra libre
y el pensamiento libre contra los chacales de turno y pequeños tiranos.
Allí está aún la imprenta viva,
testigo de un siglo de páginas con alas de pájaro, páginas de marchas,
acuerdos, protestas, proclamas y alguna que otra muerte; páginas de hojas secas
y adobe, paginas desoladas y alegres, donde se resuena el estruendo de una
ciudad lanzada en tropel hacia un porvenir que desconocemos, pero iremos
narrando, escribiendo, según ocurra, porque el periódico es eso: el instrumento
maravilloso que va contando la historia conforme la escribe…
@andresugaldev

Saludos. Envio las respectivas felicitaciones por cumplir un aniversario , Una centuria, en pro de la dignidad , de la información de la libertad de expresión. Éxitos y siempre adelante. Desde Machachi, Mejia, Pichincha
ResponderEliminarMuchas gracias estimad@ amig@. Es un honor, ciertamente, para todos los que trabajamos y aportamos al Mercurio de Cuenca, el formar parte de este diario, con tanta historia y tanto, aún, por contar.
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